Salir en la
foto
Es sábado, me levanto temprano, quizás algo inusual en sábado,
pero hay algo importante que quiero hacer.
Me doy una
manita de gato, para salir en la foto literalmente. Checo que mi blusa sea de un color liso según
la única instrucción que recibí, y rápidamente me subo al carro, estudio que
ruta es más rápida, ya voy un poco tarde, el parque Agua Azul queda algo lejos
de casa, son las 8:10 AM y hay que estar a las 8:30 AM.
Vuelo como
alma que lleva el Diablo -le piso- y llego 8:35 AM, me estaciono un par de
cuadras lejos, atendiendo a la recomendación y ahora si córrele.
Llego al Agua Azul, se siente aún el sereno de la mañana, lo fresco, volteo a mi alrededor y veo una señora bien arreglada y pienso de seguro ella viene a lo mismo…
Ella también
me mira y me pregunta: ¿Vienes a la foto?
Yo digo que sí.
Y entramos
al parque, no hay boletera así que nos pasamos.
Haciendo
algunos comentarios sobre el evento, y tu de donde lo conoces…. Pues yo de mi
trabajo… pues yo, es amigo de mi esposo y seguimos caminando, vamos a la concha
acústica y esta en construcción, entonces pensamos vamos a buscar otro lugar. Y
vemos varias mujeres de todos colores corriendo y buscando el lugar pactado,
todas, absolutamente todas, portando una
sonrisa en la cara, este evento es especial, como él es especial.
Hace como
un mes, recibí un correo que me sorprendió, era una invitación a darle un
regalo especial a un amigo, se trataba de tomarme una foto con él, así de
simple y así de complejo. No era una
foto cualquiera, en un lugar cualquiera,
en un día cualquiera.
Cumplía su
56vo. Aniversario y quería tomarse una foto con 56 mujeres que
fueran significativas en su vida. Al
principio me sentí confundida, después me sentí honrada de ser invitada a tan
importante ocasión. Me sonreí, esto era
tan típico de él: Sorprenderme, pensar fuera de la caja “thinking out of the
box”. Y en esta ocasión era acompañarlo a celebrarlo.
El regalo
era solo eso, quizás 20 o 30 minutos de tu tiempo el sábado en la mañana y
formar parte de su historia impresa en pixeles o en papel caolín. No pude
resistirme, el aprecio era asegurado, pero una inmensa curiosidad también.
¿Sería
posible que reuniera a esas 56 mujeres que quisieran tomarse la foto con él?
La duda me
carcomía….
Llegamos y allí
estaba él, diferente, vestido de traje para la ocasión, raro porque nunca lo
vemos con traje, pero esta ocasión bien lo valía. Junto a él Marcela, muy guapa
también, vestida para la ocasión y con un corazón ampliamente generoso, para
recibirnos a todas.
Era otro
foro, que está en el Agua Azul, después supe que se tuvieron que hacer varios
arreglos previos para que se pudiera tomar la foto: permisos, ayuntamiento,
hablar con los encargados del parque, convencer a la boletera que dejara
abierta la puerta (el parque abre a las 10) y asegurar que iban a limpiar el
lugar.
El esfuerzo bien lo valió, el lugar estaba
limpio, recién regado, aún se veían algunos charquitos que aseguraban el esfuerzo por poner el lugar
guapo, para recibir a tan atractivo contingente.
Y llegaba
una, y llegaban de a dos y llegaba la quinta y así sucesivamente la 20, la 39, ya
casi la 40…. Y se empezaba a llenar… si la íbamos a hacer, parecía algo así como evento de Record
Guiness, con cada arribo, una broma, una indicación no se hacia esperar, que córrele,
que ya vas tarde etc.
Mientras, algunos fotógrafos aficionados acompañaban a nuestro fotógrafo oficial, que siempre tuvo una sonrisa y toda la paciencia para acomodarnos y hacernos salir bellas en la foto.
Encuentros
con amigas que tenía muchos años que no veía, así como algunas que no conocía
pero amigas por el hecho de ser mujeres y compartir el cariño por nuestro amigo
que celebrábamos.
Y
comenzaron las fotos, y éramos 40, … y entonces sucedió lo imprevisto, nos
piden sostener algunas cartulinas con los nombres de las ausentes; aquellas
mujeres que estaban lejos pero presentes y mas aún algunas en blanco para recordar
también a aquellas que se fueron primero, entonces se logró 40 presentes más 15
representadas, ¡55!… la gran incógnita, ¿Faltaba una? Y el factor sorpresa …
aparece la 56 siempre presente: Mónica Belluci… su amor eterno.
Éramos 40 físicamente,
más el nombre de las ausentes y más las eternamente presentes.
Las risas y
las preguntas provocativas de él, no se hicieron esperar -Oigan y se les pido
que se tomen la foto desnudas ¿Quién participaría? Jajaja las carcajadas… y una
aventada dijo -yo sí- y viene la segunda:
Bueno ¿con Body-paint? y varias levantamos la mano y la tercera: Bueno ¿y que
tal con bikini? y ahí ya todas estábamos dispuestas a posar.
Aún no sé
si la propuesta era en serio…. Pero sin duda fue un reto atreverte a pensarlo.
Fotos en
grupo, fotos particulares, fotos para el recuerdo. Finalmente la foto estaba
tomada, el evento terminando. Y no quedó
ahí, las mañanitas femeninas no se hicieron esperar… y el amigo se emociona y
nos agradece y nos vuelve a sorprender.
El regalo
fue recíproco, junto con su esposa e hijas prepararon un recuerdo para cada
una, ¡Hermoso gesto!
La partida
se empezó a dar, algunas tenían que volver, otras entrar al trabajo, algunas más
se quedaron a cotorrear un poco, no sin antes pasar por la fila, dar el abrazo
y agradecer el hermoso detalle preparado para nosotras.
Partí rápidamente,
le di un abrazo, un beso, y me fui
nuevamente portando una sonrisa en mi cara, una sorpresa y muchas preguntas en
mi mente.
El Agua
Azul me despide fresco, hermoso, simplemente es un sábado diferente, un sábado
que valió la pena estar.
Recordé “El
que se mueve no sale en la foto”, aquí
había que moverse (de tu rutina) para salir en la foto.
Gracias
Hugo por ser y estar aquí.
¿Como surge
la idea?
Una noche
tenía insomnio y me levanté, pensé: Ya voy a cumplir 56, ¿Qué voy a hacer este año para celebrarlo?
Los últimos
años, he tratado de hacer algo especial, algo que sea interesante y divertido.
Recordé el
Parapente del año pasado, todo lo que me provocó: La sensación más parecida a
volar como un pájaro
A mis 50, decidí
correr el Maratón de Guadalajara, con todo lo que implicó llegar a la meta, quizás
el último, pero no el menos feliz por haberlo logrado, con todo y el desgarre en el muslo que me hice pocas semanas antes.
Otros años
fueron diferentes retos: que subir el Nevado por la ruta de la Jota, solo, otro
año aventarme a recorrer el río en una llantada rumbo al mar, disfrutando la
naturaleza en todo su esplendor.
Qué voy a
hacer a mis 60, aún no lo sé, pero seguramente será algo divertido.
¿Cuál fue
el criterio de selección para tus 56 participantes?
El primer
pensamiento fue mis 56 amigos, pero empecé a contar y vi que eran muchos más, así
que me decidí por las amigas. Primero pensé quienes pueden asistir, quien tiene
más chance, algunas viajan mucho, otras tienen personas a su cuidado, otra es médico
y me canceló de última hora, el caso es que mi lista original eran 68 más 15 letreros.
Después me
doy cuenta, de que era una verdadera belleza tratar de juntar a todas.
También
pensaba, quisiera que no se completaran físicamente para completar con los
letreros de las ausentes. Al final todo salió bien reunimos el número esperado
y las amigas ausentes también participaron.
Algunas de
ellas cuando vieron su nombre en la foto, realmente se emocionaron.
¿Hay algo
de ego en este proyecto?
Hugo se
ríe, sabe que lo provoco. La inmediata respuesta fue no… pero lo pensó dos
veces y corrige, quizás sí, en que sentido me satisface el ego, pues en poder
hacer cosas diferentes a lo que la sociedad quiere que hagas.
Para mí es
un reto demostrar que la relación entre hombres y mujeres puede ser diferente.
Estuvimos
platicando como es difícil en esta sociedad aceptar que la amistad exista entre
hombres y mujeres, y que hay hombres que sus únicas amigas son las amistades en
común, las esposas de sus amigos.
Hugo me
dice, en verdad no creo que muchos hombres puedan hacerlo… reunir 56 amigas
mujeres. ¿Tu que crees?
Sonrío, me
tengo que ir. Ahora lo entiendo mejor y compruebo porque él sí pudo reunir 56
mujeres. Hugo ha aprendido a ser
sensible, a mostrar su lado femenino sin temor, a ponerse en nuestros zapatos a
veces y otras a confrontarte porque haces o dices tal cosa.
Porque no
crees en ti.
Hugo Sierra
el hombre más feminista que conozco.