Septiembre 6,10 – Guadalajara- Los Angeles- Narita (Tokio)- Shanghai (China)
Estoy en Japón, en el aeropuerto de Narita. Después de muchas horas en dos aviones y el aeropuerto de los Angeles. El vuelo Los Angeles a Tokio muy cansado, ya que fue durante el día, así que mi noche del 5 de Septiembre quedó en el olvido, siempre es un enigma: ¿Qué pasa con esas noches de mi vida que quedan en el aire, literalmente? Al regreso quizás me devuelvan otra noche pero de otro día, ésta ya se fue.
El servicio de Delta bueno, no me quejó y como muchas veces el vuelo de Guadalajara a los Angeles fue compartir con los mexicanos que emigran a Estados Unidos, iban dos señoras una que ya se habia jubilado, pero su patrón gringo la mandó llamar para la pizca de estos meses que son los fuertes en Portland, la otra señora iba a visitar a su hija y su nieto que viven allá. Cuando les pones nombre y cara a la inmigración el panorama cambia bastante, ves el rostro humano de buscar un porvenir.
El aeropuerto de los Ángeles es super antiguo y nada funcional, no hay trenecitos, ni bandas, hay que caminar mucho y las señales no son claras. Te das cuenta de la falta de servicios para las personas que no pueden caminar o que les implica un gran esfuerzo. Y conseguir una silla de ruedas no era opción para mí todavía. ¡Qué diferencia al aeropuerto en que me encuentro ahora!
El aeropuerto de Narita es una grata experiencia: muy ordenado, limpio, y con toda la señalización para saber como moverte. Estoy esperando tomar el vuelo a Shanghai. Oriente ya se siente con toda su fuerza, aunque entre lo poquito que veo de Japón y China hay una clara diferencia de bienestar.
Japón se ve y se siente bonito.
Finalmente llegué a Shanghai, el aeropuerto en Pudong está como a 30 min. de la ciudad.
Todo sin contratiempos, aunque ya la comida fue “muy china” en el avión, así que una coca fue la mejor opción. Ya no me volvió a pasar la novatez con los taxis; ahora si fui a buscar mi taxi donde todo el mundo lo toma y no los que te ofrecen a la salida de aduanas. Así que llegué a mi hotel muy bien, y el precio conforme a lo planeado 160 ¥ (aprox. 25 USD).
Entrar a Shanghai por la noche fue una experiencia muy impactante, muchos edificios decorados con luces de Neón; los chinos aman las luces, las cuentas quien sabe. Debido a la Ferial Mundial los edificios se adornan con luces, en especial el puente Pudong está iluminado por computadora y cambia de colores con diferentes formas, algo muy bello.
El hotel está en una zona moderna pero con edificios históricos, se ve muy bien. En esta ocasión estoy en unos apartamentos ejecutivos con una pequeña sala y lo mejor, cocineta. Así que la comida puede ser más accesible a poder preparar lo que uno apetezca, por lo menos el desayuno y alguna merienda.
Ya en Oriente de lleno, mi pie se ha portado bien. Ahí la llevo. Por la tarde reunión con el “Team”.
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