Buenos Aires de primera mano - Junio 2011, Otoño en el Cono Sur
Ya estoy en Buenos Aires, el plan original que alguna vez pensé para este viaje no se dio, como muchos más que han cambiado en este año. Pero la verdad es que estoy aquí con entusiasmo y ganas de trabajar y poder transmitir el mensaje.
Ver Buenos Aires en este otoño de 2011, sigue siendo una experiencia muy hermosa. BA es una ciudad muy elegante, con tintes franceses o europeos, no distingo bien las arquitecturas pero es clásica. Llegar en domingo es una fortuna: no hay tráfico, el ruido disminuye y puedes caminar plácidamente por sus plazas y calles.
Traje de relevo una cámara pequeña, la Nikita se quedó en su casa, así que mi compañera de viaje y yo estamos tratando de hacer un buen esfuerzo para lograr alguna toma que valga la pena.
Buenos Aires en Otoño me gusta.
Los argentinos siguen siendo tan argentinos, aunque no sea conveniente etiquetar, en este caso no encuentro como decirlo, tienen lo suyo, pero nos quieren bien a los mexicanos. Con todo y que ayer ganó El Barza y nos quedamos con las ganas que el Chicharito ganara con el Manchester, la verdad ayer en el Aeropuerto pensaba: por qué le vamos al Manchester, ¿qué no estamos mas ligados a España? Pero había que apoyar a nuestro joven héroe.
Es de admirar la oficina de inmigración en Buenos Aires, rápida, eficiente sin malas caras y sin sentirte coaccionada, todo lo contrario a la Inmigración en Houston, esa paranoia de los gringos por que los ataquen.
Hoy pensé, voy a ver cada ciudad que visite como si fuera la ultima vez que vengo, así voy a abrir mis ojotes y valorar todos los paisajes, gente y formas que capten, igual los sonidos; es agradable escuchar el “vos” de los argentinos. Hace rato me detuvo un chico en la calle para preguntarme como llegar al Luna Park, me tuve que disculpar “no soy de aquí” con semejante tono de mexicana, no hacía falta, el muchacho se sonrío – no te preocupes-
Estoy siguiendo los consejos de los veteranos de viaje y aunque no he descansado, después de una noche en el avión durmiendo a medias, pues ahora si me aguanto y ya dormiré en la noche.
Escribo hoy porque la semana se ve muy ocupada, y quizás no haya oportunidad de tomar fotos y disfrutar de una tarde como hoy.
Gracias Buenos Aires, por alegrarme el alma con tu melancolía.
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